En el día de ayer, la presidenta Cristina Kirchner anunció una deducción especial para los trabajadores de la cuarta categoría, quienes no pagarán el impuesto a las ganancias si sus salarios brutos no superan los $15.000.
Esta decisión empezará a regir a partir de septiembre y se formalizará con un decreto que se publicará en el Boletín Oficial.
Esta deducción no significa un aumento del mínimo no imponible. Para quienes ganen entre 15.001 y 25.000 pesos el mínimo no imponible aumenta un 20% quedando en 10.032 para solteros y 13.875,70 pesos para casados con dos hijos. Además, para quienes trabajen en la Patagonia se aplica un aumento adicional del 30%. Quienes ganen más de 25.000 pesos no habrá cambios, quedando el mínimo no imponible para solteros en 8.360 y en 11.563 pesos para casados con dos hijos (lo mismo ocurre para quienes ganen hasta 15.000 pesos).
Los topes para cobrar el salario familiar aumentarán a partir de septiembre un 78,5%, pasando de 8.400 a 15.000 por cónyuge y de 16.800 a 30.000 pesos por grupo familiar.
Si bien aplaudo este aumento que beneficiará a millones de trabajadores, no debemos olvidar que el salario de un trabajador no es una ganancia, en eso estoy de acuerdo, puesto que la mayoría de los trabajadores poseen un salario mínimo y el costo de vida es cada vez más alto. Con esto no pretendo decir que otros gobiernos fueron mejores o peores, porque todos cometieron sus errores, y si bien en el gobierno actual hay muchos aciertos, creo que el impuesto a las ganancias sobre el salario no es uno de ellos.
Como siempre, invito a mis lectores a dejar su opinión o experiencia sobre este tema. No contesten el mail que les llega a su correo electrónico sino dejen en esta nota aquellos que quieran expresar.
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